jueves, 16 de diciembre de 2010

CAMBIOS, RETOS Y SOLUCIONES EN SERVICIO DE INTERNET MÓVIL Y SU PLATAFORMA CYBER – FÍSICA BAJO LA PERSPECTIVA DEL ARTÍCULO UN DÍA ANTES DE LA COMPLEJIDAD DE ALFREDO GUTIÉRREZ GÓMEZ

     Si algo nos ha enseñado la historia, es que la misma no se detiene, es un proceso dinámico, de resultados en ocasiones inesperados y que normalmente supera todos los pronósticos. En este sentido, en la medida que se van desarrollando los hechos que definen las diferentes etapas del desarrollo de la sociedad, como consecuencia del proceso de lucha y complemento de los contrarios, surgen nuevas relaciones que definen otras de mayor complejidad que la anterior. En este punto en particular entra en juego esa noción para muchos, concepto para otros, forma del pensamiento filosófico o nueva filosofía para quienes defienden a “la complejidad”.

      Si bien es cierto que el término complejo no resulta ser para nada nuevo y es una palabra de uso cotidiano bajo los diferentes contextos para los cuales se emplea, pocas personas pueden presentar una definición al menos satisfactoria de esta palabra. Sobre este particular, de las ideas expuestas por Edgar Morín en sus diferentes publicaciones traducidas al español, se puede extraer que el término complejidad se emplea para indicar que algún tema, situación o área específica del conocimiento no se encuentra totalmente definido y que para su correcta comprensión debe estudiarse y analizarse bajo el contexto en el cual se encuentra enmarcado, evitando visualizarla como un fenómeno aislado y menos aún, reduciéndolo a su mínima expresión.

     Otra de las consideraciones que se debe tener en cuenta al abordar el tema de lo complejo, es que una vez resuelto un problema o una incógnita, surgen otras nuevas de mayor complejidad que su predecesora. De esta manera, no constituye una negación vulgar el pensar que no existe una verdad absoluta, puesto que en las diversas ramas del conocimiento humano nada permanece inmutable. En este orden de ideas, en la historia sobran ejemplos de casos en los cuales postulados y teorías que en su momento resultaron académicamente válidos, posteriormente resultaron ser todo lo contrario o en el mejor de los casos pasaron al olvido por ser obsoletos.

     La sociedad actual, dependiendo del país que se trate, se encuentra en mayor o menor medida inmersa en un proceso de globalización que abarca todos los elementos que la integran. Cada día surgen nuevas relaciones gracias al constante desarrollo de las tecnologías de la comunicación y de la información. Hoy día es difícil encontrar algún elemento de la vida cotidiana, tanto a nivel individual como colectivo, público como privado, empresarial o corporativo, que no haga uso masivo de las diferentes herramientas y soluciones que ofrecen estas tecnologías, las cuales permiten acceder a un volumen de información prácticamente ilimitado, haciéndose completamente imposible procesarla en su totalidad.

     Es por ello que la noción de complejidad, adquiere cada vez un matiz más complejo que en épocas pasadas. La explosión demográfica, el agotamiento de los recursos naturales no renovables y la destrucción progresiva del medio ambiente, impulsan el desarrollo de la tecnología a pasos agigantados. Surge la necesidad de implementar nuevas soluciones cada vez más eficientes en sus fines y enmarcadas en la preservación del medio ambiente. Estas soluciones a su vez tienen un carácter diametralmente opuesto en cuanto a su naturaleza, lo cual por supuesto, viene a incrementar esa noción de complejidad que se ha venido tratando. Así se observa cómo las diferentes herramientas desarrolladas son cada vez más amigables con el usuario final y de uso más sencillo, pero para que esto sea posible se requiere de complicados procesos y enmarañadas interacciones entre los sistemas involucrados, implícitos a los efectos de garantizar su correcto funcionamiento.

      En base al planteamiento anterior, si se observa los teléfonos analógicos de conexión alámbrica, empleados durante la decada de los 80 del siglo pasado y se compara con los smartphone actuales, inicialmente se aprecia que no existe patrón de comparación. Si se compara estos últimos con los primeros celulares, las diferencias son observables a primera vista y si el análisis es hecho por algún ingeniero del área de las telecomunicaciones, le tomaría algún tiempo explicar desde el punto de vista técnico todas las diferencias existentes y lo complicado del funcionamiento interno que hacen posible esa maravilla tecnológica representadas por los smartphone.

     Situación similar ocurre con el resto de las soluciones y herramientas tecnológicas presentes en el mundo actual, cuyo único fin es hacer la vida mas fácil pero también más eficiente. Por ejemplo los semáforos inteligentes son en apariencia similares a sus predecesores, excepto por el reloj digital que los acompaña, pero para su funcionamiento se encuentran integrados en un solo sistema una serie de elementos que antes no se empleaban, tales como sensores estratégicamente ubicados, interfaces de conexión bien sea mediante uso de intranet o de Internet, protocolos de comunicación con dispositivos móviles instalados en los vehículos y teléfonos, entre otros dependiendo del equipo considerado.

     Todo este proceso de cambio dinámico y constante, inevitablemente conlleva a la necesidad de abrir la mente a la innovación. En este sentido, el proceso se debe iniciar con la educación desde los primeros niveles, con la finalidad que las nuevas generaciones aprendan desde sus primeros años a vivir en un mundo dominado por el desarrollo tecnológico. Complementarse en los niveles superiores a los efectos de garantizar el empleo racional de las herramientas disponibles de manera responsable y facilitar el cambio e integración a las generaciones que vivieron la transición inicial a este nuevo mundo. En pocas palabras, capacitar al individuo sin distinción de edad, clase social o nivel cultural para el empleo de las herramientas tecnológicas a su alcance, de las cuales las tecnologías de la información y las comunicaciones poseen un mayor nivel de penetración entre la población.

     Como se ha mencionado en reiteradas oportunidades, el fin ultimo de la tecnología es facilitar el trabajo haciéndolo a su vez más productivo, eficaz y eficiente. Es por ello que los gerentes de hoy día, más que dedicarse a conocer y ser expertos en cómo funcionan las herramientas y soluciones que ofrece la tecnologías para solucionar los problemas planteados dentro de su organización, lo cual es trabajo del técnico-especialista, deben mostrarse abiertos al cambio. Lo anterior significa que deben adquirir conciencia acerca de la existencia de la tecnología, que la misma se adecua a sus necesidades y que si no existe, es factible desarrollar innovaciones en este sector con la finalidad de brindar las soluciones requeridas y no crear problemas, que prácticamente cualquier situación imprevista que se presente, cualquier proceso ineficiente, puede ser resuelto gracias a la aplicación de las herramientas tecnológicas.