miércoles, 30 de marzo de 2011

Diferencias y similitudes entre organizaciones complejas y organizaciones transcomplejas

    La invención de la máquina de vapor y consecuente inicio de la revolución industrial, impactó inicialmente a través del surgimiento de nuevas relaciones socioeconómicas que dieron origen al modo de producción capitalista. En sus primeros estadios, orientado y definido por la cosmovisión newtoniana imperante para la época, fue con el transcurso del tiempo adquiriendo nuevos matices a través de sus diferentes etapas de desarrollo, las cuales no interesan traerlos a colación a efectos de la participación en este foro. Sin embargo, ya para la última década del siglo XX y principios del siglo XXI, ya el estudio de la teoría y la praxis de la gerencia se observa notablemente influenciada por la noción de lo que los filósofos actuales llaman pensamiento complejo.
    El desarrollo de los acontecimientos históricos de los últimos tiempos, han llevado a la práctica gerencial a replantearse los elementos organizacionales como fenómenos lejanos de ser totalmente previsibles y controlados. Es por ello, que hoy en día las acciones de los gerentes se orientan en función de reducir al máximo la incertidumbre presente en el contexto organizacional, siendo fundamentalmente en este aspecto donde se identifica la noción de complejidad dentro de las organizaciones. En este sentido, Azócar (2007) señala:

Un pensamiento complejo, de existir como lo resalta Morín, no es un pensamiento capaz de abrir todas las puertas, sino de identificar nudos constantes de dificultades que en la medida que son despejadas y abordadas hacer surgir nuevas y más complejas dificultades.

     Al contextualizar la praxis gerencial bajo esta concepción filosófica, se logra visualizar un sinnúmero de elementos que antes escapaban de la mirada de los gerentes e investigadores de las Ciencias Gerenciales. Bajo este esquema, se concibe a la organización como un ente en constante interacción y retroalimentación derivada de las relaciones con su entorno político, económico y social. Esta situación trae como consecuencia sumar nuevos elementos que definen a las organizaciones y que se constituyen en factores que hacen factible o no su desarrollo bajo las nuevas reglas de juego, como lo son la ética, el liderazgo y la responsabilidad social. Las nuevas dimensiones que adquiere este ambiente plantean nuevos retos que requieren de soluciones cada vez más innovadoras, en este orden de ideas, en la Revista Gerencia 2000 (2006) se señala lo siguiente:
   
La gerencia y la complejidad es un tema de reflexión necesaria hacia emergentes formas de relación en las organizaciones establecidas por la dinámica de los grupos, impactados constantemente por factores del contexto y de sus respectivas demandas, en consonancia con una praxis que se renueva en sí misma y que supone nuevas cualidades centradas en una ética profesional y en la responsabilidad solidaria de las instituciones.

     Aún cuando son palpables los importantes aportes del pensamiento complejo al estudio de las diversas ramas del conocimiento humano, entre ellas las Ciencias Gerenciales, para algunos pensadores postmodernos estos planteamientos resultan insuficientes. En este orden de ideas, se señala la debilidad del pensamiento complejo por abordar el conocimiento desde una sola perspectiva, en cambio la transcomplejidad, según Balza (2011) “nace del aporte de las teorías, a las que interrelaciona y supera”. Este autor, igualmente presenta un concepto integrador al señalar lo siguiente:

La perspectiva transcompleja del pensamiento parte de una base filosófica y de fundamentos epistemológicos en elaboración, que permiten al investigador construir cosmovisiones respecto al mundo de la vida en su conjunto con múltiples interpretaciones acerca del aporte de las distintas disciplinas del conocimiento...

     La transcomplejidad hoy día se presenta como un paradigma emergente, con sus defensores y sus detractores. Como corriente que se reconoce es derivada del pensamiento postmoderno, pudiera verse afectada por el criterio de filósofos y pensadores actuales, claro ejemplo de ello lo constituye el señalamiento Azócar (2007) en su ensayo titulado La experiencia post-moderna de Marshal Berman:

Lo post-moderno es una idea que revolotea en nuestras mentes, pero que no anida, no calienta, no deja de ser idea; la sociedad nos invita a entendernos a pesar de las diferencias, dado que la única virtud sobresaliente es la paciencia. Lo post-moderno no existe: existe la experiencia moderna.

     A pesar de las opiniones encontradas en relación a la vigencia de la transcomplejidad, es un hecho innegable que las organizaciones de hoy día privilegian el conocimiento y la innovación. Numerosas son las herramientas que desarrollan las empresas y los organismos gubernamentales para afrontar los retos que se plantean en sus entornos organizacionales. Igualmente se observa cómo se implementan a mayor escala múltiples herramientas, estilos y tendencias gerenciales para reducir la incertidumbre en el entorno y abordar los problemas que se plantean durante el desarrollo de sus actividades.

Referencias:
Azócar, R. (2007). Pensamiento Complejo y otros ensayos. Caracas: Editorial el perro y la rana.
Balza L., Antonio (2011). Complejidad, Transdisciplinariedad y Transcomplejidad. Los caminos de la Nueva Ciencia. San Juan de los Morros: APUNESR Fondo Editorial Gremial.
Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez, Decanato de Postgrado Ciencias Administrativas (2006). Gerencia y Complejidad. UNESR Gerencia 2000. [El Consejo Editor]. Caracas, p. 9.


viernes, 25 de marzo de 2011

¿Existe una vinculación entre la filosofía y la gerencia?


Para ser gerente no es necesario tener nociones de filosofía ni mucho menos ser filósofo o científico. Sin embargo, hoy día es un hecho reconocido que la praxis gerencial se encuentra indiscutiblemente conformada por las herramientas, métodos y en general por todos los aportes teóricos aplicables al área, generados a partir de investigaciones desarrolladas partiendo de los paradigmas científicos vigentes en su respectivo contexto histórico. Igualmente se encuentran influenciados por los principios, costumbres y creencias que definen a la sociedad en la cual se desarrollan sus actividades. En este sentido, cuando se requiere hacer un estudio profundo de las relaciones complejas que se establecen entre los diferentes elementos que afectan la gerencia, es necesario hacerlo bien sea tomando en consideración elementos filosóficos o más concretamente desde la perspectiva que ofrece la filosofía.

A lo largo de la historia, desde la aparición y desarrollo de las ciencias administrativas, con el posterior advenimiento de las teorías y modelos gerenciales, se han observado casos excepcionales en los cuales mentes brillantes partiendo de la práctica han generado importantes aportes al estudio de la gerencia. Sin embargo, dada la complejidad de las relaciones que se desarrollan en la sociedad actual, a los efectos de desarrollar investigaciones científicas en este campo es necesario hacer uso de las herramientas que ofrece la filosofía en su sentido amplio. En este orden de ideas no se trata simplemente de conocer qué pensaron los filósofos del pasado y qué piensan los del presente, el objetivo trascendental es modelar la arquitectura mental del investigador para hacerlo pensar como filósofo, llevarlo a hacerse las preguntas adecuadas que le permitan abordar el conocimiento, para de esta manera realizar un aporte significativo y válido para el desarrollo de las ciencias gerenciales.