miércoles, 20 de abril de 2011

Políticas y Tecnologías, su manejo por parte del Estado

     A lo largo de la historia, los temas de política y tecnologías han estado estrechamente relacionados entre sí. Sin embargo, hoy día la integración entre ambos adquiere nuevas connotaciones gracias al nivel de desarrollo que han alcanzado las TICS. Bajo este contexto, se toma como referencia lo expresado por King (2007) en relación a la tecnología: “…engloba a las aplicaciones informáticas y de telecomunicaciones en los sistemas, servicios y productos de información,… Los científicos de la dirección desempeñan un papel importante en la investigación, desarrollo, puesta en marcha y mantenimiento de estos sistemas”. En torno a los elementos anteriormente señalados, la forma como se manejan los recursos tecnológicos actualmente juega un papel de primer orden en los diversos ámbitos donde se desarrolla la actividad política, tanto a nivel empresarial como dentro de las instituciones del Estado.
     Con la finalidad de evitar cualquier tipo de ambigüedades, es necesario establecer una diferenciación del término política. Desde el punto de vista empresarial, Parsons (2007) señala:
Una política es un código guía o regla general que estipula el procedimiento preferido que se ha de seguir para el tratamiento de una situación recurrente o para el ejercicio de una autoridad delegada… En teoría, el fin subyacente a todas las políticas es asegurarse de que las decisiones sirvan de apoyo a los objetivos y planes deseados por la organización de manera coordinada y coherente.
     En el contexto planteado en el entorno organizacional de las instituciones gubernamentales, el término política adquiere un carácter complejo, por cuanto entran en escena una serie de elementos que determinan el ejercicio de la función pública, entre ellos el Estado como tal, el poder y el modo de producción socio-económica que determinan las relaciones que se desarrollan dentro de la sociedad. Neira citado por Sayegh, Fernández y Zavarce (2010), define el Estado como: “poder político de una nación, estructurado jurídicamente, que actúa en un determinado territorio”. En este orden de ideas, del concepto de política expuesto por Blauberg (1978) se extrae lo siguiente:
Esfera de las relaciones entre las clases orientadas a la conquista o al mantenimiento del poder estatal. Por consiguiente, la política existe allí donde hay clases; se halla estrechamente vinculada con el Estado y el derecho. En sentido estricto se entiende por política la dirección de los asuntos del Estado (o de los partidos políticos) en una u otra esfera de la vida social.
     Visto lo anterior, se infiere que el Estado ejecuta sus diferentes funciones con la finalidad de materializar la implementación de las políticas previamente trazadas. Para ello, el Estado debe estar en capacidad de obligar a los ciudadanos a obedecer, mediante el ejercicio del poder expresado a través de los mecanismos legales, de represión o de ideología. En este orden de ideas, sin sesgar lo expuesto por Celis (2006):
El ser del poder es ordenar, hacer que otros hagan lo que se desea que hagan, es una voluntad que se expresa comunicando y recorre las organizaciones con un afán de lograr las metas organizacionales; éste es su telos, unas veces para beneficio de la organización; otras, para beneficio de individualidades en función de intereses que determinan su forma de actuar.
     Bajo este esquema, el manejo que el Estado hace de la tecnología dependerá en gran medida de los objetivos políticos que tenga trazados. Es por ello que aún siendo vigente el planteamiento de Celis (2006) “una trinidad que hoy gobierna: información, comunicación y tecnología”, no siempre la decisión tecnológica es la que se impone, en ocasiones prevalece la decisión política del gobierno a los efectos de garantizar su supervivencia. Una situación que no es nueva, se ha repetido durante el desarrollo de la lucha de clases que ha moldeado la sociedad actual, evidencia de ello lo constituye lo expuesto por Casa (2006) en el Resumen de su artículo Gerencia en la Complejidad:
A lo largo de la historia, el pensamiento gerencial se ha visto redimensionado en función del contexto económico-social, que se ha caracterizado por producir grandes transformaciones y cambios en el orden societal, con significativas alteraciones en todos los aspectos de la vida humana y, por supuesto, en los sistemas organizacionales.



Referencias:

Rivas, R. (2011). Disertación en relación al artículo Políticas y Tecnologías de Robert J. Thomas. Actividad académica de la asignatura Gobierno Electrónico [programa de Doctorado en Ciencias Gerenciales]. Caracas: Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada Nacional.
Blauberg, I. (Comp.). (1978) Diccionario Marxista de Filosofía (7a. reimp.). (A. Méndez, Trad.)  [Kratkii slovar po filosofii] México: Ediciones de Cultura Popular (Trabajo original publicado en 1968)
Casa, F. (2006). Gerencia en la Complejidad. Gerencia y Complejidad. UNESR Gerencia 2000. 7, 47.
Celis, M. (2006). Una reflexión sobre el ser y el telos del poder en las organizaciones. Gerencia y Complejidad. UNESR Gerencia 2000. 7, 79-82.
Parsons, J. (2007). Dirección de la Producción. En Gálvez, G. y Lindegaard, E. (Rev.) Enciclopedia del Management. [Handbook for Professional Manager] Barcelona, España: Editorial Océano (Trabajo original publicado en 1985)
Sayegh, S., Fernández, M., y Zavarce, C. (2010). Gerencia de Estado en Tiempos de Transformación. Caracas: Escuela Superior de Guerra del Ejército Bolivariano.
King, D. (2007). Información, ciencias de la. En Gálvez, G. y Lindegaard, E. (Rev.) Enciclopedia del Management. [Handbook for Professional Manager] Barcelona, España: Editorial Océano (Trabajo original publicado en 1985)

4 comentarios:

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  2. Estoy convencida de que la Política articula acciones de tres entes fundamentales: El Estado, El Partido y El Pueblo (muy bien sugerido en la cita de Blauberg). También coincido en que las TICs, han sido creadas, desarrolladas y perfeccionadas orientadas hacia los fines politicos del Estado. Aunque es necesario decir que en su mayoría, por Estados con poca pertinencia social.
    Tanto las políticas establecidas, como las tecnologías que apoyan la ejecución de estas, deben ser usadas respondiendo principalmente a las necesidades de la sociedad en las que son implementadas. Difiero totalmente en que el Estado debe estar en capacidad de obligar a los ciudadanos a obedecer, mediante el ejercicio del poder expresado a través de los mecanismos legales, de represión o de ideología, porque, de esta manera se coarta la libertad ciudadana y la generación de ideas para la construcción de una sociedad de avanzada. Ciertamente es necesaria la dirección, pero aquella que direccione "con" y "para" los y las dirigidas, por y para un Pueblo consciente de su propio destino y creador de las herramientas para satisfacer sus propios intereses.
    El Estado debe ser una expresión del Pueblo... debe adoptar políticas liberadoras y usar tecnologías que vayan en consonancia con la construcción de esa sociedad.
    Es necesario revisar profundamente, a nivel mundial, la intencionalidad de la aplicación de tecnologías y las políticas a las que van dirigidas. Vemos en Venezuela un cambio significativo, pero aun no suficiente en el uso de esas tecnologías. Es fundamental adaptar los métodos de dirección a un plano mas social y ecológico... entendiéndose por ecología, la aplicación de formas sostenibles de vida.

    Amigo, aquí hay mucha tela que cortar... por ahora te mando abrazos... y deseos de bienestar.
    Felicitaciones... muy buenos tus ensayos.

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  3. En relación a la concepción del poder del Estado como “capacidad de obligar a los ciudadanos a obedecer”, resulta que esta es una función completamente necesaria. Si se realiza un análisis del desarrollo de la historia desde que se implementó el Código de Hammurabi, pasando por el nacimiento del Estado moderno en el siglo XVII hasta hoy día, es observable cómo a través de las diversas civilizaciones que han logrado conformarse como Estado, han necesitado establecer algún tipo de código, normas de comportamiento y leyes para garantizar la permanencia del orden socio-económico establecido. Este ha sido un proceso dialéctico, en continua e indetenible evolución, que ha permitido alcanzar el nivel de desarrollo, perfeccionamiento y aceptación que caracterizan al ordenamiento jurídico actual. Cuando se analiza el objetivo o la meta que persigue todo instrumento jurídico, se desprende que no es otro que lograr la obediencia de los ciudadanos. Tomando en consideración la naturaleza controversial del ser humano, resulta utópico pensar en la sociedad como un sujeto disciplinado y autorregulado sin participación del Estado como ente rector. Es por ello que resulta necesario establecer los mecanismos que dicten las pautas generales de la conducta socialmente aceptada, ajustadas al orden socio-económico establecido y para aquellos casos en los cuales existan trasgresiones de la norma establecida, aplicar las medidas correctivas que correspondan según el caso. En este orden de ideas, la ideología como aspecto integral del poder viene a reforzar estas acciones, pero mediante la búsqueda de la participación y la aceptación espontánea de la población ajustada al orden establecido, tratando de reducir al mínimo la necesidad de aplicar las sanciones y penas contempladas en el ordenamiento jurídico vigente, y buscando evitar las situaciones sociales que obliguen al Estado a hacer uso legítimo de los mecanismos represivos.

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  4. Saludos Simón y gracias por estimular estos foros de discusión, que crea bases de lo que deberían ser nuestros “Tanques de Pensamiento Venezolano”. Dicho esto me permito expresar lo siguiente:

    Sabido es que Nación-Gobierno convive en una simbiótica y a veces muy frágil interrelación, con elementos que van completamente entrelazados y que generaran reacciones muchas veces inesperadas. En este sentido no hay que perder de vista que dicha relación se mantiene en pequeños núcleos de comunidades-gobiernos locales, que han de ser la base que marca las características de la interacción.

    Dentro de los elementos que condicionan la relación podemos observar:
    a. Madurez de la Nación, marcada, por su conocimiento promedio de los recursos a su alcance.
    b. Su capacidad de asociación efectiva y la eficacia en la obtención de respuestas por parte de sus gobiernos. (la base de los sistemas de gobiernos está en los que mas cercanos están a las comunidades).
    c. La productividad del ente jurídico-político, definida principalmente por la capacidad que tenga de generar, hacer llegar y motivar a la Nación al uso de los medios que integran el sistema TIC´s.

    Aquí comienza la gran contradicción, ya que proyectos como “Canaima”, desarrollo de infocentros”, talleres, seminarios, etc., han ido creando las bases para una relación efectiva al ser asimilados por las comunidades, dando pasos agigantados en los últimos años, hasta llegar a un punto de estancamiento y posiblemente de involución en caso de no tomarse los correctivos adecuados. Este fenómeno se puede estar dando por una saturación de la relación entre núcleos de ambos sectores, que generan efectos reflejos en otros núcleos y producen una creciente, deslegitimación de un sector por un lado y una descalificación del otro, aun cuando se mantiene una relación que pudiésemos llamar “convivencia a conveniencia”, que crea las fisuras para el desmembramiento futuro de la misma. Las condiciones y características de este estancamiento habrían de ser motivo de estudios adicionales, sin embargo a simple vista se puede indagar en cuanto a una “inercia gubernamental” al perder la capacidad de incentivo y motivación en los grupos sociales, sin que esto sea directamente “corrupción” que desafortunadamente siempre está presente.

    Por supuesto, como en toda teoría, esta es sólo una arista del “apetitoso” tema, así que lo mejor será esperar las críticas a los planteamientos.

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